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Medio ambiente ¿aliado o enemigo?
El medio ambiente, visto desde el punto de vista más puro, se entiende como el conjunto de componentes físicos, químicos y biológicos externos con los que interactúan los seres vivos. Ahora bien, desde la perspectiva más humana, el entorno medioambiental es el conjunto de factores naturales, sociales y culturales existentes en un lugar y en un momento determinado, que influyen en su vida y que afectarán a las generaciones futuras
Por tanto, al hablar de medio ambiente no sólo nos referimos al espacio en el que se desarrolla la vida, sino a todos los seres vivos, objetos y a las relaciones entre ellos, así como a los elementos culturales más intangibles.
Y es de perogrullo el hecho de que todos estos factores son determinantes en la vida de cada ser humano para poder avanzar en su desarrollo personal y profesional. Por tanto, planteémonos, ¿de qué viven las personas de los diferentes estratos sociales? Es más, pensemos, ¿hasta qué punto puede desarrollarse alguien que vive en zonas de las periferias urbanas, costas o laderas de ríos? Pues podrá llegar al punto que le permita el ecosistema en el que se encuentra, ya que de él depende para generar sus ingresos. Por tanto, claramente, llegamos a la conclusión de que hablamos de personas marginadas, que conviven en comunidades socialmente poco desarrolladas. Y, precisamente, se genera una situación que deviene en bucle y que influye, junto a otros factores, en el hecho de que dichas poblaciones permanezcan sentenciadas a vivir en condiciones de pobreza permanentes.
Y, a pesar de tratarse de personas que viven en condiciones pésimas y cuya subsistencia depende directamente de los medios naturales que les proporciona su entorno, son las más vulnerables a los desastres naturales. Y es que suelen asentarse en las zonas con mayor riesgo de sufrir catástrofes de este tipo.
Con todo, se genera un círculo vicioso que todos, desde la parcela de actuación de cada cual, deberíamos intentar frenar. De hecho, uno de los mayores desafíos que han tenido los gobiernos y las agendas internacionales a lo largo de la historia ha sido erradicar la pobreza. No en vano, tanto en los Objetivos del Milenio (ODM), como en la nueva agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), abatir la pobreza es una constante y la primera meta en el cronograma. Claro que, el modo en el que se ha pretendido alcanzar tal propósito se plantea ahora desde otro ángulo de visión. Con los años, se ha llegado a la conclusión de que la pobreza es algo más que un mero índice que clasifica a las personas en función de sus ingresos. Y es que, la pretensión de erradicarla ha de pasar por la consecución de una serie de factores que garantice a los ciudadanos el bienestar humano sin sobreexplotar los recursos naturales disponibles.
Es por ello que, desde 1990, junto con el primer Informe de Desarrollo Humano, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) empezó a hablar de la pobreza multidimensional, la cual entiende que, para poder medir la pobreza en términos reales, deben mirarse tres eslabones: la educación, la salud y la generación de ingresos. Y tales factores necesitan de un medio ambiente protegido para poder cumplirse, ya que, si se comprometen los recursos naturales de generaciones futuras para paliar la pobreza en el momento actual, posteriormente encontraríamos que se dispararían los índices de retorno de la pobreza.
El medio ambiente no entiende de fronteras ni de clases sociales y todos nos beneficiamos del mismo, ya que, tras la naturaleza, existe una economía invisible. Así, el agua, la comida, el aire y la energía son servicios ecosistémicos esenciales para el ser humano y que ayudan a mitigar problemas tan conocidos y graves como el cambio climático.
Todos podemos y debemos luchar por el respeto hacia nuestro entorno, pues no olvidemos que, como bien lo afirma el Primer Informe de Desarrollo Humano del PNUD, “la pobreza aumenta la degradación del medioambiente, a la vez que el daño al medioambiente refuerza la pobreza”.
María Vélez, Comunicación Línea Verde